8 nov 2010

Reciclaje de unicel

A partir de poliestireno expandido (unicel) y cristal, integrantes de la Facultad de Química (FQ) de la UNAM obtuvieron un barniz y un adhesivo para papel, cartón y madera, de bajo costo y amigable con el ambiente.


Según informes internacionales, unas 18 mil piezas de basura plástica flotan en cada kilómetro cuadrado de océano y cada año cobran la vida de miles de animales marinos.

El Dr. Jesús Gracia Fadrique, del Laboratorio de Superficies del Departamento de Fisicoquímica de esa entidad, explicó que también lograron recuperar material a granel. A partir de envases lograron partículas de diferentes tamaños que pueden volver a moldearse para manufacturar nuevos recipientes.

Estas técnicas proporcionan “tres alternativas económicas y de fácil manejo para el reuso de este material, sea para propósitos originales o para otra utilidad”, explicó.

Por un lado está el poliestireno conocido como unicel, conformado por partículas que, mediante diferentes procedimientos, se expanden para formar un material de baja densidad con el que se crean insumos aislantes o destinados al embalaje o contención de alimentos como vasos térmicos o charolas. También se usa en la industria de la construcción, en casetones o para fabricar paneles y barreras térmicas o acústicas.

Por el otro, está el tipo cristal, empleado en la industria de los comestibles, comercios y supermercados. Aunque es presentado como una lámina traslúcida, es poliestireno.

A escala mundial, esos materiales constituyen una fuente importante de residuos. Se trata de la llamada “basura blanca”, que cuando es desechada ensucia por largo tiempo, porque su vida media es alta (puede tardar más de 400 años en degradarse). Este fenómeno hace que su acumulación en basureros y cuerpos de agua produzca graves daños ambientales.

“Hay reportes de especies que confunden las partículas de estos envases con alimento, los ingieren y se asfixian, como tortugas y peces”, refirió Gracia Fadrique. A pesar de ello, se trata de uno de los materiales más empleados en el ámbito mundial.

Según informes internacionales, se pueden encontrar tres kilogramos de plástico por cada medio kilo de plancton en el mar. Se estima que 18 mil piezas de basura plástica flotan en cada kilómetro cuadrado de océano y cada año cobran la vida de miles de animales marinos. Aves, peces, tortugas y mamíferos marinos engullen este material derivado del petróleo.

En la ciudad de México, diariamente se producen en promedio 12 mil toneladas de desechos y de ellos, sólo se recicla el 12 ó 15 por ciento. El cuanto al poliestireno expandido, no se cuenta con datos de reciclado.

La generación de residuos sólidos va en aumento. Según el INEGI, en 2005 se produjeron un millón 409 mil toneladas de plástico, y en 2006 la cifra ascendió a dos millones 13 mil toneladas. El poliestireno expandido (unicel) y otros plásticos tienen como destino final los rellenos sanitarios.

Ante ese panorama, expuso el universitario, “nos dedicamos a la búsqueda de alternativas sencillas y económicas” para reusar el poliestireno en forma de unicel o cristal. Fue así como los universitarios hallaron que tiene ventaja frente a otros materiales, porque puede ser deshecho en disolventes.

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